Querida selección nacional danesa,
La forma en que lucháis por este país en el campo de fútbol me hace sentir orgulloso de ser danés. No creo haber visto a tanta gente tan feliz y orgullosa de nuestra selección como lo está ahora.
No creo que los daneses hayan estado tan emocionados por un torneo como lo estamos por éste, desde luego no desde que nos clasificamos para nuestra primera Copa Mundial de la FIFA, allá por 1986 (y lucimos aquella clásica equipación de Hummel). Y es que este equipo actual ha hecho que el país se vuelva a enamorar del fútbol. Conozco a mucha gente que nunca vería el fútbol, pero cuando la selección nacional está jugando, es literalmente de lo único que hablan.
Ustedes están poniendo a Dinamarca en el mapa, convirtiéndose en el segundo equipo de todo el mundo por el entusiasmo con el que juegan en cada partido. Siempre que estoy en otro país y la gente descubre que soy danesa, enseguida se deshacen en elogios hacia la selección.
El equipo realmente une a la gente. Recuerdo haber celebrado el cuarto gol en la victoria sobre Gales en la Eurocopa 2020 con un tipo que trabajaba detrás de un mostrador. Saltamos por la tienda y nos abrazamos como viejos amigos, ¡a pesar de no habernos conocido nunca!
Sin embargo, esa unidad y amistad no se encuentra simplemente en los momentos buenos y de celebración, sino también en los malos.
Después de la derrota ante Croacia en los penaltis en el último Mundial de Rusia, mientras estaba parado en medio del Festival de Roskilde, angustiado y con la mirada perdida en la nada, una mujer se acercó a mí y me dio un abrazo para consolarme. Simplemente se acercó, me abrazó en señal de consuelo por la salida del Mundial, me preguntó si estaba bien y se fue. Nunca la había visto antes y nunca la volveré a ver. Eso demuestra cómo el equipo puede unir a la gente, incluso sólo por un momento de soledad, en los buenos y en los malos momentos.
Cuando juegas, cada persona en Dinamarca es una.
No importa si eres rico o pobre, alto o bajo, y no importa el color de tu piel.
Todo el mundo es uno cuando estás en el campo. Ese es el poder que tienes. Y estoy deseando volver a experimentar esa unidad durante la Copa Mundial de la FIFA 2022.