A medida que se acerca la Copa del Mundo, los fanáticos verán por última vez a sus equipos nacionales en el parón internacional actual. En España hay una curiosa contradicción. La nación en sí misma no está segura de qué o a quién esperar de su equipo nacional, mientras que el técnico Luis Enrique no podría estar más seguro.
El estilo no es negociable: la España de Lucho presionará agresivamente, se apresurará rápidamente y jugará una versión más vertical de la exitosa fórmula de España que les ganó la Copa del Mundo hace doce años.
En términos de resultados, España es una especie de enigma. Si bien, sin duda, Luis Enrique ha tenido éxito, llevando a La Roja a su mejor final de torneo en 11 años en la Eurocopa del verano pasado, no todo ha sido fácil.
Contra las potencias más grandes y tradicionales del fútbol internacional, La Roja luce incisiva, audaz y emocionante. Su derrota ante Italia en las semifinales se sintió injusta y su derrota en la final de la Liga de las Naciones contra Francia varios meses después se vio envuelta en una controversia arbitral.
Sin embargo, mientras se enfrentaba a algunos de los países más humildes, España parecía mucho menos atractiva. Las Grecias, Georgias y Suecias de este mundo, mucho más cómodas para ceder el protagonismo a los íberos, han asfixiado a España con diversos grados de éxito.
Esas preguntas se ven un poco exacerbadas por la incertidumbre sobre quién será seleccionado. Aunque ya parecen apuntados algunos nombres para ir a Qatar, el delantero del Real Betis Borja Iglesias y el extremo del Athletic Club Nico Williams han sido convocado al equipo por primera vez.
Las lesiones han lastimado a jugadores de la talla de Gerard Moreno, que parecía una selección natural el pasado verano. El excapitán y el jugador con más partidos internacionales de España, Sergio Ramos, finalmente encontró algo de forma para el Paris Saint-Germain, pero se quedó fuera del equipo nuevamente. En esta misma época del año pasado, un Ansu Fati en forma también habría estado más que bien ubicado para un lugar en el equipo. Hambriento de minutos en el Barcelona, también está en casa a poco más de dos meses del Mundial. Solo tres ejemplos de una variedad de jugadores talentosos que entrarían en la mayoría de los lados, pero que no han llegado a la última convocatoria.
Si hay algo que se puede garantizar es el entretenimiento. La personalidad robusta de Luis Enrique, la variedad de opciones talentosas a su disposición y el estilo aventurero que promete hacen un cóctel emocionante. Cualquiera que no tenga su entradas para la copa del mundo bien puede querer considerar hacerlo.
Hay algo de crudeza en España y Luis Enrique. Como si cortejaran el fuego y la lucha de situaciones de alta presión. No hay escenario que se ajuste mejor a esa descripción que la Copa del Mundo. Cuando España salga al campo en la Copa del Mundo, espere un drama digno de un emperador romano.
