Real Madrid 2-0 Eintracht Fráncfort
El mensaje que salía del campamento del Real Madrid antes de la final de la Supercopa de Europa con el Eintracht Frankfurt era que el séxtuple era el objetivo de la temporada. Su primera tarea se cumplió con poco alboroto.
Los Blancos dominaron el juego desde el principio, con Eintracht esperando poder golpear a Los Blancos en el descanso. Casi lo hicieron justo antes de la marca de la media hora, cuando Daichi Kamada fue enviado al uno contra uno después de que Ferland Mendy regalara el balón. Sin embargo, como suele suceder con el Real Madrid en Europa, Thibaut Courtois vino al rescate.
Vinicius Junior insinuó lo que estaba por venir cuando su esfuerzo fue despejado de la línea por Tuta poco después, antes de que Karim Benzema rematara de cabeza un tiro de esquina inocente, derribado por Casemiro y rematado por David Alaba.
La segunda parte tuvo el plus añadido para el Real Madrid de que el Eintracht tuvo que adelantarse y Vinicius y Benzema se deleitaron con el espacio extra. Veinte minutos después del medio tiempo, sacaron provecho de su dominio.
Vinicius llegó corriendo por el lado derecho, cortó dentro del área y le pasó el balón a Benzema, cuyo primer disparo dejó a Kevin Trapp aturdido. Independientemente de la ambición del Eintracht, los tramos finales del partido dieron la sensación de una oportunidad para los atacantes blancos. Solo una defensa desesperada se interpuso entre el Eintracht y un déficit mayor.
Una noche satisfactoria para Ancelotti y sus compañeros, el Real Madrid comienza su temporada luciendo fuerte y preparado para su campaña. En especial Ancelotti se habrá sentido complacido por la presión de sus jugadores y sus rápidos toques bajo presión.
