
Una mirada a Fede Valverde al final de la primera parte durante el derbi madrileño encarnó a la perfección al uruguayo. La camiseta manchada y ensangrentada simbolizaba cómo juega Valverde de blanco real, dando su sangre, sudor y lágrimas literales.
El ascenso de Valverde de prospecto a superestrella en el Real Madrid ha sido constante, sin embargo, es su crecimiento en importancia desde la temporada pasada hasta ahora lo que destaca cuánto se ha desarrollado como jugador.
Si bien inicialmente pudo haber ejercido su oficio como mediocampista central, se ha adaptado no solo para hacer un trabajo en el flanco derecho, sino también para prosperar en ese rol, a un nivel que lo coloca entre los mejores de la liga.
Su increíble ritmo de trabajo ya era bien conocido, un motor aparentemente inagotable combinado con su innegable valor y lucha lo convierten en un feroz competidor. Quizás lo que lo está convirtiendo en un prospecto más temible esta temporada es su habilidad recién descubierta para contribuir constantemente con goles.
En sus 5 partidos anteriores en La Liga, ha contribuido a 4 goles, 3 de ellos en los últimos 3 días consecutivos. A eso súmale sus 2 aportaciones en Champions y suma un total de 5 en 7 partidos. Para poner en contexto por qué esto es significativo, ya superó su cuenta en todas las competencias del año pasado de 3.
Combine esto con el hecho de que su regate ha sido particularmente incisivo, sin que nadie complete más entradas finales que él, aparte de Vinicius Junior, algo que quedó demostrado una vez más con su maravilloso esfuerzo en solitario contra el Mallorca. Su distribución también ha sido notable, situándose en la cima de la clasificación de La Liga para pases clave.
Un ejemplo de ello lo vimos contra el Celtic en la Champions League, sacando a Vinicius con un balón perforado en punta, idéntico al que le vimos dar en la final contra Liverpool en la última temporada.
El salto en su efectividad en el lado ofensivo, aunque sigue haciendo importantes aportes en el lado defensivo del balón, ha puesto de manifiesto el arsenal cada vez más completo del internacional uruguayo.
La capacidad de Valverde para ser decisivo en ambos extremos del campo ha abierto puertas tácticas para Carlo Ancelotti, que sabe que con la presencia de Valverde en el campo hay equilibrio en ataque, mediocampo y defensa.
Teniendo en cuenta los rumores a lo largo del verano en el mercado de fichajes en el Santiago Bernabéu, con la imposibilidad de fichar a Kylian Mbappé y la sensación de angustia cuando no se planeó ni se firmó una opción alternativa, pocos habrían esperado que Valverde no solo cerrara la brecha. pero prosperar tanto como lo ha hecho hasta ahora.
Su capacidad no solo para ser versátil, sino también para prosperar en esas posiciones respectivas es algo que pocos equipos en Europa tienen. Cuando piensas en jugadores estilo navaja suiza, ¿cuántos son realmente de clase mundial en esas posiciones?
El cliché ‘Aprendiz de todo, maestro de nada’ es algo que no se aplica a Valverde en ese sentido porque en lo que va de temporada ha dominado todas las tareas que le pide Ancelotti.
“Si no logro que Fede Valverde marque diez goles esta temporada, me romperé las insignias de entrenador”, fueron las palabras proclamadas por el italiano en una rueda de prensa a principios de esta campaña. Sus insignias pueden sentirse seguras en su hogar sin duda adornado, con Valverde bien encaminado para alcanzar esa marca y continuar consolidándose como pilar de este equipo del Real Madrid.
