La victoria de Inglaterra en la primera Finalissima sin duda brindará una valiosa experiencia para su próxima campaña en la Copa del Mundo.
Las Lionesses se hicieron con el trofeo frente a una multitud de 83.132 en Wembley, derrotando a Brasil en los penaltis después de que el gol de Ella Toone en la primera mitad les diera la ventaja. Sin embargo, un empate de Andressa Alves en los últimos momentos del partido llevó el partido a una tanda de penaltis, que finalmente Inglaterra ganó 4-2.
El equipo de Sarina Wiegman dominó la primera mitad, pero los cambios en el medio tiempo de la entrenadora de Brasil, Pia Sundhage, hicieron que las visitantes salieran mucho más asertivas en la segunda mitad. La decisión de abandonar su formación de tres atrás puso a Inglaterra bajo una fuerte presión, y comenzaron a cometer errores inusuales.
Este tipo de prueba no la enfrentaron las Leonas durante la Eurocopa del verano pasado, donde enfrentaron a España y Alemania en sus partidos más duros, pero nunca se vieron tan inestables como contra Brasil.
A pesar del gol del empate de Brasil, Inglaterra no perdió la compostura y se reagrupó inmediatamente después del pitido final para prepararse para la tanda de penales.
Las Leonas también adquirieron una valiosa experiencia al ganar una tanda de penales, algo que aún no habían experimentado bajo el liderazgo de Wiegman. La holandesa expresó su alegría por la actuación del equipo, destacando la importancia de la experiencia para reconocer y afrontar situaciones de presión.
“Estoy feliz, es bueno que tengamos esta información. Esta experiencia ayuda a reconocer situaciones, cómo te sientes con ese camino al punto de penalti con 83.000 personas gritando. Realmente ayuda y muestra nuevamente que podemos hacerlo”, dijo después del partido.
El último amistoso de Inglaterra contra Australia brindará otra oportunidad para que aprendan y se preparen antes de la Copa del Mundo.
