
Algunas celebraciones del fútbol son tan terribles que se evaporan rápidamente de la memoria pública; algunos, sin embargo, se vuelven icónicos.
Los brazos cruzados de Kylian Mbappe, una celebración que hemos visto innumerables veces de la superestrella francesa, ciertamente pueden caer en esa última categoría. El sueño de un niño para recrear en el patio de recreo, el mundo se ha acostumbrado mucho a ver al delantero del Paris Saint-Germain cruzando los brazos después de alejarse mientras ve su golpe en el fondo de la red.
Entonces, ¿cuál es la historia con su famosa celebración?
Aunque Mbappé tiene apenas 23 años, ya hace casi seis que el mundo fue testigo por primera vez de su celebración armada.
El delantero superestrella lo lanzó después de anotar en un choque de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones con el Borussia Dortmund. Mbappé anotó dos veces ese día, y una vez en el partido de vuelta, cuando el Mónaco ganó 6-3 en el global en su camino hacia los cuartos de final.
Recordando cuando Kylian Mbappé se convirtió en el segundo jugador más joven de todos los tiempos en marcar en cuartos de final de la Champions League ?
El Dortmund no pudo con él ? pic.twitter.com/A2N1zFXboy
— GOL (@gol) 29 de abril de 2020
Después de desplegar solo un deslizamiento de rodilla estándar para su primer tiro en el día, Mbappe presentó al mundo su ahora icónica celebración con el brazo cruzado después de estrellarse en el tiro anterior para el tercero decisivo de Mónaco en esa emocionante victoria.
Es una de las acciones más reconocibles en el fútbol hoy en día, y en realidad tiene una historia de fondo bastante saludable.
El propio Mbappé explicó la celebración en una biografía no autorizada titulada Mbappé. El francés reveló que sus orígenes, de hecho, se encuentran en su hermano Ethan, quien lo usó mientras jugaba FIFA.
“Metió un gol y lo celebró cruzando los brazos”, dijo.
“Cinco minutos después, se detuvo y dijo: ‘Kylian, podrías hacer eso en un partido’. Así que lo hice”, continuó. “Así sucedió en Dortmund y lo hice. Él era feliz. Le dije: ‘¡Ahora me lo he robado, es mío!’”.
