Las revelaciones continúan filtrándose del Caso Negreira, ya que Barcelona está bajo una presión cada vez mayor para declarar exactamente cuál era la naturaleza de su relación con José María Enríquez Negreira.
Actualmente, el Barcelona está acusado de corrupción continua por la Fiscalía Anticorrupción, aunque hasta el momento no se han descubierto pruebas de su intención de sobornar a los árbitros.
Según lo último de El Mundo (vía marca) informando, Negreira acosaba a los árbitros con regalos mientras era vicepresidente del Comité de Árbitros. Esos obsequios irían desde jamones, 1.500 tarjetas de árbitro e incluso entradas de fútbol.
Todo esto, además de costosas comidas en algunos de los mejores restaurantes de mariscos de Barcelona, Negreira intentó gastar en su cuenta comercial en Dasnil 95, donde también le pagó el Barcelona por sus informes arbitrales. Negreira afirma que por las entradas de fútbol, los destinatarios le reembolsaron. En 2016, estos ‘regalos’, que también incluían vino, alcohol, dulces y billetes de lotería, ascendieron a unos 10.000 € en 2016.
Maryland han tenido acceso a su testimonio, donde Negreira asegura que sus personas de contacto eran Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell, a los que veía unas seis veces al año. Negreira niega que el dinero ganado en Barcelona haya ido a parar a nadie más que a él o a su negocio, y afirma que no ganó un salario del Comité de Árbitros ya que estaba en los libros en Barcelona.
En sus palabras, el Barcelona quiso asegurarse de que su trato fuera ‘neutral’. Le encargaron no sólo seguir los partidos del Barcelona, y de los próximos rivales, sino también del Real Madrid.
En el testimonio de Bartomeu, afirmó que tenía la impresión de que los pagos eran únicamente por los informes realizados y no investigó el material del trabajo de Negreira. Luego puso fin a sus relaciones comerciales como medida de reducción de costos.
El ex director ejecutivo Oscar Grau afirmó que desconocía los servicios hasta 2018, mientras que otro director, Albert Soler, dijo que su única relación era con José María Enríquez Romero, el hijo de Negreira.
También hay constancia de que Enríquez le envió mensajes a Soler, quien se quejaba de decisiones en un partido entre Atlético de Madrid y Barcelona, donde Enríquez señaló que los errores de Jesús Gil Manzano fueron a favor del Barcelona, a excepción de una tarjeta a Sergio Busquets. Luego le prometió a Soler que le enviaría el informe de Gil Manzano a partir de entonces.
Entre todo ello, se ha encontrado en una caja fuerte una carta del ya fallecido director del Barcelona Josep Contreras (Maryland), que decía por fuera que sólo debía abrirse ‘en caso de que saliera la mayor desgracia del mundo para nosotros’. «Realmente haríamos bastante bien en evitarlo», agregó la carta.
El contenido de esa carta no está claro de inmediato. Aparentemente contiene varios nombres y cuentas bancarias, parece que se menciona a ‘Rosell’, que podría pertenecer al ex presidente de Barcelona. También enumera los nombres del banco, Banca Catalana. Julio Molinario quizás podría ser Julio Molinario Valls, un hotelero y empresario afincado en Barcelona, que también tiene vínculos políticos.
Es justo decir que estas últimas revelaciones han explicado muy poco y, en todo caso, plantean una amplia variedad de preguntas adicionales. Del mismo modo, no hay una pistola humeante que parezca servir como prueba contundente de corrupción que se mantendría en los tribunales todavía.
