
La abrumadora campaña de fichajes de la Roma ha producido una flota de atacantes de etapa, casi como la (decepcionante) de 2015
Había muchos barriles en la casa. Roma, sobre todo porque económicamente se gastó muy poco para darle a Mourinho un equipo que con plena legitimidad pueda hacer soñar a la afición. Pero hay que recordar -ciertamente para no echar agua al fuego- que ya en el verano de 2015 Rudi García se había dado un parque de ataque de absoluta importancia, pensando que con 6 bocas de fuego había la posibilidad de escalar desde el segundo. lugar del campeonato anterior al Scudetto.
No será así, los giallorossi también darán un salto atrás en la clasificación y el propio técnico francés se verá obligado a ceder el paso a Luciano Spalletti. Pero que el departamento ofensivo construido en la campaña de compras fue de primer orden es un hecho cierto, tanto así que al inicio del torneo se manifestó anotando 17 veces en las primeras 7 jornadas y confirmándose al final como el mejor de los Una liga. Y todo a pesar del hecho de que Napoli tiene un Higuaín que rompe récords y la propia Roma tiene solo un jugador: Momo Salah – en el top ten de máximos goleadores.
Evidentemente se trata de una cuestión de calidad generalizada. Y si hoy es de esperar maravillas surtidas de los Beatles amarillos y rojos (Pellegrini, Zaniolo, Dybala y Abraham), los delanteros de aquella temporada se presentaron en el once inicial con la siguiente formación: los tres ya en plantilla (Totti, Iturbe y Gervinho) y los tres nuevos fichajes (Iago Falque, Dzeko y Salah). Hoy los Fab Four, en su momento un súper grupo: con la idea de que la música que sonó esta vez sea capaz de traer más gente al Circo Máximo a fin de año que lo que hizo el Maneskin…
