El Barcelona podría estar tratando de aceptar una crisis en el campo luego de su derrota en El Clásico, pero el departamento de justicia en España todavía está tratando de atar los cabos sueltos de una crisis institucional que comenzó hace una década.
El expresidente del Barcelona, Sandro Rosell, se vio obligado a renunciar a su cargo en 2014 después de que se le acusara de corrupción por el acuerdo para llevar a Neymar Junior a Barcelona en 2013.
Ha sido absuelto de esos cargos iniciales después de dos casos diferentes y más de un año de prisión preventiva.
El lunes por la mañana compareció de nuevo en el juzgado acusado de corrupción entre particulares en Barcelona. La fiscalía pide cinco años de prisión.
En los banquillos junto a él aparecen otro presidente caído en desgracia del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y el propio jugador, Neymar.
La fiscalía también pide al jugador a cumplir dos años por su papel en el asunto. Bartomeu ha sido exculpado en este asunto, según Deporte.
Con frecuencia parece ser el caso de que, independientemente de los cargos que se presenten contra los futbolistas, rara vez terminan en prisión. Lo más probable es que Neymar reciba una sentencia suspendida, como ha sucedido con casos fiscales como Iker Casillas, Rafael Nadal y Lionel Messi.